Chris Colson, empleado del Banco de la Reserva Federal de Atlanta, que trabaja en el departamento de investigación del banco, llegó a la conclusión de que las monedas estables se han convertido en un nuevo medio de pago.
Se inspiró para pensar eso en datos que muestran que los minoristas Regal Cinemas y Whole Foods, entre otros, están introduciendo pagos en monedas estables o criptomonedas vinculadas al dólar estadounidense.
Le impresionaron especialmente las cifras que mostraban que el tamaño total del mercado de monedas estables había superado los 230 mil millones de dólares, lo que está cerca del PIB anual de Grecia o Nueva Zelanda.
Le sorprendió aún más el hecho de que las monedas estables ya no se percibieran únicamente como una herramienta para que los comerciantes evitaran la volatilidad de las criptomonedas.
A modo de experimento, Coulson y su colega fueron a un cine y pagaron las entradas con monedas estables. Para ello, tuvieron que descargar la aplicación, configurar una billetera criptográfica, convertir dinero fiduciario en monedas estables y explicarle al desconcertado cajero que el pago se realizaría en criptomonedas.
Es obvio que las monedas estables aún tienen un largo camino por recorrer, pero esto es absolutamente normal, porque la gente tarda mucho tiempo en acostumbrarse incluso a las innovaciones más convenientes.
El hecho de que funcionarios de alto rango hayan comenzado a hablar sobre el uso real de las criptomonedas y, en particular, de las monedas estables, habla de su creciente adopción.